Sobran los motivos
para tener un buen seguro; no solamente uno de vida, sino ampliamos la visión a
uno de gastos médicos mayores, de auto o de estudios.
No importa la edad
que tengamos, el ser joven no te excluye de sufrir algún percance. Nuestro
instinto de proteger a los nuestros y lo nuestro, es grande; tales razones nos
motivan a contratar un seguro, por lo tanto es de gran ayuda considerar lo
siguiente para elegir bien y no aceptar la primera oferta que nos llegue.
Tus necesidades
Ten presente qué es
lo que quieres cubrir con la contratación de una póliza de seguro.
Recuerda que los seguros
tienen beneficios diversos de acuerdo a su categoría y/o nivel. Pregúntate qué necesitas y de ello dependerá
la opción más adecuada para ti.
Por ejemplo, si estás
decidido a adquirir un seguro de gastos médicos puedes preguntarte, ¿qué
enfermedades quiero que cubra?, ¿en qué situaciones puedo necesitarlo?, ¿por
cuánto tiempo lo necesito?, ¿a quienes quiero que cubra?
Lo mismo puedes hacer
para seguros de autos, de vida, de estudios. Hazte preguntas para poder
orientarte tú mismo. Además, todo esto te servirá para que el proveedor que
elijas diseñe un seguro a tu medida.
¿Puedo pagarlo?
Parece una pregunta
sencilla de responder, pero requiere de mucha de atención. Recuerda que
asegurar a tu familia o alguna pertenencia no es un gasto, sino una inversión.
Toma en cuenta que esta inversión será permanente durante el tiempo que
especifique.
Tú mejor que nadie
conoces tus finanzas y las de tu familia; considera siempre los gastos básicos
y adicionales para tener una cantidad estimada que puedas cubrir.
Debes considerar que
mientras más beneficios tengas pensados, más será el precio.
Analiza bien las
opciones que te ofrecen las aseguradoras, los planes, modalidades, etcétera. Siempre
habrá alguna que cubra lo que buscas.
Busca opciones de aseguradoras
Tus conocidos te
podrán decir nombres de una u otra aseguradora, basándose en experiencias
personales o que “otros le han dicho”. Lo viable es que averigües de fuentes
confiables y directas; es decir, con un asesor. Busca en las páginas web oficiales,
recomendaciones especializadas, etcétera.
Esto ya será tarea de
campo; no te quedes con la primera opción que encuentres, que te recomienden o
que te aborde. Date un tiempo para comparar varios proveedores, verás que
encontrarás una opción ad hoc.
Y por cierto, cuando
ya hayas elegido la opción no olvides que las pólizas se leen entre líneas. Lee
atentamente cada cláusula; si hay algo que no entiendes pregunta a tu asesor.
No firmes por firmar; es una inversión y beneficio que debe darte tranquilidad
al 100%.
Si has pensado en
adquirir un seguro toma en consideración estos puntos, te ayudarán. Elige bien:
por ti y los tuyos.