Todos, sin excepción,
en algún momento de nuestra vida hemos atravesado por situaciones complicadas;
donde sentimos que no hay salida o solución. Afortunadamente, en muchas
ocasiones esto sólo son malas rachas y podemos superarlas gracias a la ayuda de
amigos, familiares o conocidos.
El simple apoyo moral
es un gran motivador cuando se tiene un problema de cualquier índole.
Tomando el otro lado
de la moneda, cuando hay una persona cercana que está en un problema tratamos
de ayudar en la medida de lo posible; sin embargo, no siempre lo hacemos de la
mejor manera. Debemos saber cómo apoyar sin ser invasivos, dar consejos
correctos y por supuesto, estar alertas por si la situación se complica.
Te damos algunos
puntos que puedes considerar cuando algún ser querido se encuentre en
problemas.
Escucha y entiende
Cuando esta persona
se acerque contigo y te comente sobre su problema, limítate en primera
instancia a escuchar. Hazle saber que estás interesado en su situación; escucha
atentamente y mantén contacto visual en medida de lo posible.
Debes ser paciente
puesto que la persona puede manifestarse triste, agobiado e incluso histérico
en algún punto de la conversación.
Escucha de inicio a
fin y dale a entender que no estás ahí para apoyar. Las personas que tienen un
problema se sienten liberadas y con menos estrés al compartirlo con alguien; y
ese es el papel que debes desempeñar: ser una especie de liberador.
Sé empático con él,
ponte en su lugar y entiende.
No hay problema
pequeño.
Cuando alguien te
comparte algo tan personal, también te está compartiendo algo muy valioso: su
confianza. Valórala.
Aunque el problema
que te manifieste tenga una solución clara, ten respeto. Por favor, no hagas
comentarios demeritando su problemática, tales como “¿eso te preocupa?”, “esos
son problemas menores”, etcétera.
En vez de eso, apoya
con una frase simple pero empática: “te entiendo”, “imagino lo que estás
pasando”. De ser posible y si es el
caso, puedes comentarle sobre cómo tú afrontaste un inconveniente similar.
Debes ser muy cuidadoso con esto pues los problemas no siempre son iguales ni
tienen la misma solución.
Permanece atento
No sólo se trata de
escuchar y dar una palabra de aliento. Las actitudes que mostramos hacia esa
persona durante el problema, también ayudan mucho.
De inicio, acércate a
la persona y pregunta cómo está. También es conveniente averiguar si desea hablar
del tema. Al ver tu interés en saber
cómo avanza todo, esta persona se dará cuenta que no está sola y aligerará su
preocupación.
También puedes
sugerirle realizar alguna actividad para que despeje su mente y pueda tomar
decisiones adecuadamente de ser necesario.
Ayuda profesional
En muchas ocasiones y
como consecuencia del problema, las personas pueden caer en depresión de forma
alarmante. Si crees que tu amigo o familiar está en este punto, sugiérele
acudir con un psicólogo; la ayuda profesional es de vital importancia para
evitar consecuencias extremas.
Hazle ver que su
situación emocional lo amerita.
Ojalá que estos
puntos puedan serte de ayuda para ser un soporte a tus seres queridos.